martes, 8 de diciembre de 2009

A mis queridos Padres

Cuando se trata de agradecer el amor, los valores, el impulso, la motivación, el cuidado, la protección, los desvelos, y el sacrificio que han tenido para mí, las palabras se evaporan, el nudo que me atraviesa la garganta me impide hablar, solo siento una gran emoción y un profundo agradecimiento de tenerlos a ustedes como padres, no hay manera… Ni una sola palabra que pueda expresar el infinito agradecimiento que tengo hacía ustedes por todo lo hermoso que me han dado.

En este momento los recuerdos tocan mi corazón, recuerdos hermosos de mi niñez, y ustedes siempre ahí, junto a mí, impulsándome para lograr cualquier cosa que me propusiera, no hay día que no agradezca a Dios la oportunidad que me dio de tener unos padres como ustedes, que me han ayudado tanto a realizar mi sueños, y lograr mis más grandes metas, la vida sigue… Y aún es largo el camino, me faltan muchas más metas por cumplir, sueños que realizar, y que no les quedé duda que lo haré, que todo lo que me han enseñado en cada segundo de mi vida lo aplicaré para ser mejor…

Con la preparación que he obtenido a lo largo de mi carrera profesional que hoy finaliza, el día de mañana les recompensaré el esfuerzo el amor y el sacrificio que me han brindado, y cuando su pelo blanco aparezca en sus cabecitas señal de los años dorados, seguiré a su lado para seguirlos amando y venerando por siempre, gracias viejos por tanto y tanto amor.
Los Quiero.

MIs padres; Piter y Armenia.

Amigo / Amiga:

Yo sé de esos días tristes donde la fuerza y la luz se extinguen. Esos días en los que las lágrimas llegan y la soledad persigue. En los que parece que todo está perdido, que no hay salidas, que no hay caminos.

Sin embargo, al igual que yo, tú sabes que no hay días que duren para siempre, y que solo existen días tristes porque nosotros dejamos que existan. Maravillosamente el tiempo no se detiene, somos nosotros quienes por desesperación o necedad nos detenemos en él.

Sigue caminando, sigue luchando, dale cuerda a tu reloj personal. No te detengas por sin-sabores y sin-remedios. Continúa, que tantas experiencias radiantes están esperando por ti.

Cuando la angustia llegue, cuando la depresión acose, míralas pero no las abraces, contémplalas pero no las invites. Tu posees el poder para llorar y para reir. Elige reir. Elige los días alegres.

Hay momentos de llanto y de soles negros y de lunas rotas, pero son solo eso: MOMENTOS, no los conviertas en días, en semanas, en meses.

Si te sientes solo, sal y busca gente, abrete a la energía positiva de los otros. Llama a algún pariente o amigo. Concéntrate en actividades productivas. Cuenta tus bendiciones, todo lo que posees, todos los que te quieren, reconoce lo que a tu alrededor se abre con brillo y con vida.

Si alguien te dio la espalda, si alguien lastimó tu corazón, si alguien te dejo para siempre, por supuesto que vas a estar triste y vas a sufrir, pero no hagas tu dolor eterno, ponle un final a la angustia y decide que hasta aquí llegó, porque de ahí en adelante vas a sonreír, vas a sacudirte las malas energías, vas a buscar la luz, la alegría, el entusiasmo y todas las posibles razones para ser feliz.

Amigo, amiga, en la vida siempre vas a tener buenas y malas experiencias, buenas y malas compañias, buenos y malos consejos, pero depende de ti prestar atención y enfocarte en lo positivo, lo bello, lo útil. No permitas que una mala mirada, una mala palabra, una mala acción te quite EL GOZO DE EXISTIR.

Espero que esta carta de motivación llegue a tus manos y puedas entender con resignación y fortaleza que hay cosas en la vida que te ofrecerán alegría y otras que te ofrecerán tristezas, pero que depende de ti extender tus manos y recibir solo aquellas que van a colaborar a tu bienestar espiritual y mental.